"...when life has gone into overtime it's easy to take liberties..."
A veces las casualidades van de la mano, los astros se alinean para que tropecemos en una biblioteca, en una librería o en una consulta de dentista, con un libro en el que hay un título resultón y una portada llamativa que nos embauca, y si encima, al cabo de unos días encontramos un artículo que guarda relación con la historia, acabamos concluyendo que sí, que el universo conspira contra nosotros, y que de vez en cuando nos pone en la mano un libro que estábamos destinados a leer. ¿Qué tienen en común El cuaderno de Noah de Sparks, El amor en los tiempos del cólera de Márquez, El abuelo de Galdós o El viejo y el mar de Hemingway? Seguramente una idea les ha venido a la cabeza: libros en los que los protagonistas son personas de cierta edad.
The Hundred-year-old Man who climbed out of the Window and disappeared.
Jonas Jonasson
A veces las casualidades van de la mano, los astros se alinean para que tropecemos en una biblioteca, en una librería o en una consulta de dentista, con un libro en el que hay un título resultón y una portada llamativa que nos embauca, y si encima, al cabo de unos días encontramos un artículo que guarda relación con la historia, acabamos concluyendo que sí, que el universo conspira contra nosotros, y que de vez en cuando nos pone en la mano un libro que estábamos destinados a leer. ¿Qué tienen en común El cuaderno de Noah de Sparks, El amor en los tiempos del cólera de Márquez, El abuelo de Galdós o El viejo y el mar de Hemingway? Seguramente una idea les ha venido a la cabeza: libros en los que los protagonistas son personas de cierta edad.
Pues precisamente, un abuelo es el protagonista de la reseña que les traigo en esta nueva entrada: Hundraaringen som klev ut genom fönstret och försvann (2009) de Jonas Jonasson, un periodista y escritor sueco que lanzó este best seller que acabó traducido a más de 14 idiomas. La edición que encontré es The Hundred-year-old Man who Climbed out of the Window and Disappeared de la editorial hesperus, en la que por cierto, pueden encontrar libros en varios idiomas, en formato digital e impreso. Volviendo a la edición de la que les estoy hablando, he de decir que está traducida al inglés por Rod Bradbury, es una pena que no maneje sueco pero es lo que hay, y puedo decirles que para aquellos que quieran mejorar su inglés, este libro es una opción asequible porque podrán seguir perfectamente la historia si tienen un nivel de inglés intermedio-bajo. Para los que se les atragantan las lenguas, tienen El abuelo que saltó por la ventana y se largó, una traducción de Sofía Pascual Pape en salamandra. Y ya para los más perezosos, existe una versión en pantalla grande de 2013 que incluso se llevó algún Óscar.
Lo primero que el lector encuentra al abrir el libro, es un narrador omnisciente en tercera persona que va relatando cada capítulo, con una fecha que permite al lector situar cuando se suceden los acontecimientos y las peripecias de un centenario abuelito, Allan Karlsson, que decide ponerse el mundo por montera y escaparse por la ventana de la residencia para ancianos en la que vive, el mismo día de su cumpleaños.
Jonasson describe con simpleza, maestría y una buena dosis de humor a un personaje entrañable, caradura y borrachín con un toque de ironía que hace sonreír al lector desde las primeras páginas. Cuando el lector se encuentra a un hombre ataviado con un atuendo pintoresco que se describe en los siguientes términos «pantalones marrones, chaqueta marrón y unas chanclas de andar por casa también llamadas chanclas de orinar» y cuando el autor advierte que aunque pueda parecer todo lo contrario, no es una nueva moda impuesta por un influencer hipster, si no fruto de la prisa del viejecito en su huida de la residencia al más puro estilo de una película de aventuras, el lector ya presagia que se encuentra ante una buena historia. Así, cada situación o tema más o menos serio se presenta bajo el recurso recurrente de la ironía y el humor. Un ejemplo de situación cómica aborda el tema de la proximidad de la muerte con ironía que tan bien emplea Jonasson y cuando el vejete se sienta justo al lado de la lápida de una quinta suya ya fallecida, o cuando aborda la muerte de su padre intentando proteger un trozo de tierra que había vallado con cuatro tablones y había declarado una «república independiente» en tiempos de Lenin. De tal palo, tal astilla. El libro trata de los achaques de la edad, de las vivencias acumuladas y sus propios orígenes, de las experiencias no tan agradables que un anciano debe experimentar, incluso de la actitud desabrida y tan poco profesional que algunas personas que trabajan de cara al público muestran, triste y especialmente con los ancianos:
"The man gave him an irritated look as he raised his eyes from his computer screen Perhaps he felt the waiting room was becoming too crowded corner, because over in the corner there was already another person."
El lector se siente extrañamente familiarizado e identificado con el pobre Allan y lo que hay que aguantar en el día a día, desde el episodio con el vendedor de billetes que parece estar molesto por tener que desempeñar su trabajo, hasta una reclusión en un sanatorio aparentemente fortuita en su juventud, hasta el arranque de mangarle una maleta repleta de pasta a un joven matón solo porque Allan perdía el autobús en su huida más allá del geriátrico. Nuestro personaje es un canalla entrañable. Jonasson utiliza una sutil ironía para relatar los hechos, moviendo al lector a la risa y a la carcajada constante, mediante el uso del humor en situaciones relativamente serias que se transforman en inverosímiles.
En esta novela se dan cita sucesos que abarcan un extenso periodo, desde 1905 hasta 2005. Hay perezosos, jetas y sobre todo decisiones inesperadas. El genial abuelo Allan, caradura y sin vergüenza, puede recordarles a una mezcla entre Paco Martínez Soria y Abe Simpson, con sus meteduras de pata, sus encuentros con personalidades históricas relevantes y sus devaneos con las agencias de inteligencia estadounidenses. En definitiva, que el protagonista "la lía parda" pero se hace querer. Aviso a navegantes, nunca subestime a un anciano, ya que puede responder de un modo de lo más inesperado.
En esta novela se dan cita sucesos que abarcan un extenso periodo, desde 1905 hasta 2005. Hay perezosos, jetas y sobre todo decisiones inesperadas. El genial abuelo Allan, caradura y sin vergüenza, puede recordarles a una mezcla entre Paco Martínez Soria y Abe Simpson, con sus meteduras de pata, sus encuentros con personalidades históricas relevantes y sus devaneos con las agencias de inteligencia estadounidenses. En definitiva, que el protagonista "la lía parda" pero se hace querer. Aviso a navegantes, nunca subestime a un anciano, ya que puede responder de un modo de lo más inesperado.
P.D: En mis estanterías ya aguarda otra novela de este escritor que me ha sorprendido gratamente. ¿Conocían esta novela? ¿Han leído libros con protagonistas octogenarios? Gracias por leer esta entrada. Hasta la próxima.
"Things are what they are, and whatever will be will be."
The Hundred-year-old Man who climbed out of the Window and disappeared.
Jonas Jonasson
Título: The Hundred-year-old Man Who Climbed Out of the Window and Disappeared
Autores: Jonas Jonasson
Páginas: 400
Editorial: Little Brown
Año de edición: 2015
Precio: 12€