Nada es lo que parece
Lo primero que he de decir es que he disfrutado de esta novela no el idioma original en el que fue escrita por Paula Hawkings, sino traducida al francés como La fille du train por Corinne Daniellot. En la editorial www.pocket.fr podéis encontrar otras novelas de la autora y del género a muy buen precio. En mi caso, escogí esta traducción porque estaba interesada en leer en francés para mejorar un poco mi fluidez lectora y el thriller es un género que me gusta por la acción y porque el rango de vocabulario es amplio y actual. Si os animáis a leerlo en francés las estructuras gramaticales que encontraréis no son demasiado complejas y como os digo el vocabulario que podéis encontrar es bastante amplio, así que si pretendéis desempolvar vuestra fluidez, esta puede ser una buena opción para un B2.
Algunos medios de comunicación como L'Obs o Télérama catalogan esta novela de Paula Hawkings como un thriller psicológico adictivo, definición que le sienta como un guante. El lector puede encontrarse un poco perdido, quizás inicialmente, por la forma en que la autora nos cuenta la historia, en el sentido de que está fragmentada e incluye testimonios de diferentes personajes entremezclados entre sí. Sin embargo, es una técnica que bajo mi punto de vista hace que el lector entienda y experimente la situación mental en la que se encuentra Rachel al principio de la historia. Es alcohólica, ha perdido su trabajo, a su marido, ha sufrido un aborto, tiene lagunas de memoria, siente que su vida es una mierda y sigue viviendo una mentira. Sin embargo, al fragmentar y mezclar las voces narrativas de Rachel junto con los otros personajes (Megan, Anna) vivimos la situación de ruptura y el desequilibrio psicológico que experimenta este personaje fragmentado.
La historia comienza con meditaciones de Rachel mientras viaja en
el tren hacia Londres, camino que realiza a diario para no levantar sospechas con su amiga y compañera de piso ya que no la ha contado que le han echado del trabajo por acudir ebria. Rachel contempla a través de la ventana del tren el barrio en el que solía vivir con su exmarido. Curiosamente, una casa próxima le llama la atención. Allí ve una pareja aparentemente ideal, de modo que cada día Rachel se inventa o imagina la vida de esas personas. Hasta que un día, atisba desde el tren que esa mujer desconocida (Megan) es infiel a su marido. Presa de la rabia y al sentirse en cierto modo identificada, tras meterse entre pecho y espalda demasiados demasiados gin tonics, decide acercarse al barrio e modo irreflexivo, no sabe si ir a advertir al marido de esa desconocida de que le es infiel o de si ir a hablar con su propio exmarido y la que es su actual mujer. Sin embargo, fruto de su embriaguez al día siguiente no recuerda que pasó la noche anterior anterior, ni cómo llegó a casa. Se despierta en el piso en el que vive envuelta en vómito, sangre y un chichón en la cabeza, se teme lo peor porque tiene un mal presentimiento. No recuerda nada. El asunto se complica cuando a la mañana siguiente descubre en las noticias que Megan ha desaparecido.
Como digo una novela interesante por el modo en que la escritora dosifica la narración, por como mantiene la intriga y el suspense, por la forma en la que entremezcla las voces narrativas y el por desarrollo que experimentan los personajes, especialmente Rachel. Si os gustan este tipo de historias de intriga creo que esta no os defraudará.
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